Su nombre es Pierre, es normando. Aspecto claro. Nació en 1751, el 11 de marzo, es el menor de una antigua familia aristocrática. De niño comprendió que su lugar ya no estaba en la finca. Su hermano mayor Charles lo heredará.

Pierre sueña con escapar, con la aventura, con salir al mar abierto. El ejército no escapará, se une a la compañía de cadetes-gentilhommes por el servicio de las tropas de las colonias de Rochefort en 1764. En la escuela militar a orillas del Charente, Pierre se hará amigo de otros 7 cadetes. Juntos crecerán y aprenderán el arte de la guerra. Habiéndose convertido en oficiales, se embarcan para unirse a Saint Domingue y al regimiento de infantería colonial de Port-au-Prince.

Aterrizar en Port-au-Prince es una maravilla, la ciudad ha estado en reconstrucción desde el terremoto de 1770 y la emoción está por todas partes. En el corazón del Caribe, aventuras y contratiempos aguardan a jóvenes reclutas más acostumbrados al rigor militar de la Royal Navy que al eretismo criollo. Pero en 1777 Francia movilizó sus ejércitos para luchar contra los ingleses durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, y las tropas coloniales integran el cuerpo expedicionario. Todos los hombres deben embarcarse sin demora en Cap-Français... Pierre y sus amigos no estarán.

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La riqueza de esta epopeya hecha de experiencias extraordinarias, persecuciones y batallas, descubrimientos y exotismo, pero también retrocesos en una sociedad monárquica y colonialista al borde de la explosión, resuena de asombro con las noticias de nuestra época contemporánea.